Hace algunos meses, en el momento más difícil de nuestra vida, mi hijo
José Antonio cogió un maniquí de pintor que lleva conmigo mucho tiempo y le dio vida, le puso a saltar con los brazos abiertos y le llamó
Alegría! y le colocó presidiendo el salón de nuestra casa y me dijo:
"Papá, éste soy yo, Alegria!". Os presento a
Alegría!. BienBien.
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